Vivir preocupado y ansioso solo nos conduce por caminos oscuros alejados de la voluntad del Señor. Muchas veces esta ansiedad nos distorsiona la realidad y la ponemos por delante Dios.
Para todo hay un tiempo. Debemos entender que los tiempos de Dios son perfectos, ni antes ni después.
En varias oportunidades queremos que las cosas sucedan ya. Cuando tardan en llegar, inmediatamente nos enojamos con Dios. Esto nos lleva a perder la confianza en nuestro Señor, haciéndonos perder La Paz y el gozo.
Todo cambia cuando aprendemos a vivir aceptando los tiempos de Dios. Allí, nuestra confianza crece permitiéndonos disfrutar el camino mientras el Señor obra en nuestros problemas.
El reloj de Dios es diferente al nuestro. El se mueve a su voluntad.
Dice la palabra en Habacuc 2:3 "Aunque la visión tardará aún por tiempo, mas al fin hablará, y no mentirá: aunque se tardare, espéralo, que sin duda vendrá; no tardará."
Por eso recuerda: Dios hace que las cosas sucedan en el tiempo justo! Por eso, tu solo, no te des por vencido.
Que Dios te bendiga...!
Para todo hay un tiempo. Debemos entender que los tiempos de Dios son perfectos, ni antes ni después.
En varias oportunidades queremos que las cosas sucedan ya. Cuando tardan en llegar, inmediatamente nos enojamos con Dios. Esto nos lleva a perder la confianza en nuestro Señor, haciéndonos perder La Paz y el gozo.
Todo cambia cuando aprendemos a vivir aceptando los tiempos de Dios. Allí, nuestra confianza crece permitiéndonos disfrutar el camino mientras el Señor obra en nuestros problemas.
El reloj de Dios es diferente al nuestro. El se mueve a su voluntad.
Dice la palabra en Habacuc 2:3 "Aunque la visión tardará aún por tiempo, mas al fin hablará, y no mentirá: aunque se tardare, espéralo, que sin duda vendrá; no tardará."
Por eso recuerda: Dios hace que las cosas sucedan en el tiempo justo! Por eso, tu solo, no te des por vencido.
Que Dios te bendiga...!
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